De una bodega familiar al mundo
El sabor sin réplicas de Bemberg Estate Wines
Son tan exclusivas que, por variedad, solo se producen entre 3000 y 5000 botellas al año. Inicialmente, los vinos de Bemberg Estate Wines surgieron del deseo familiar de producir y consumir el fruto de sus propias uvas. Sin embargo, hace unos años abrieron al mundo la posibilidad de conocer sus atributos en líneas de edición limitada. Nos adentramos en la historia de esta bodega argentina de la mano de la enóloga Juliana Bevilacqua y la export manager Victoire Régent, quienes recientemente visitaron nuestro país.
La historia comienza con Otto Bemberg, un inmigrante alemán amante del vino que llegó a Argentina en el siglo XIX. “Él se casó con una local y tuvieron un hijo, que fue a Alemania a estudiar el arte de hacer cerveza. Cuando volvió, la familia fundó la cervecería Quilmes, que estuvo en sus manos hasta el 2009”, explica la enóloga Juliana Bevilacqua.
Más tarde, la descendencia de Otto, hoy conocida en el vecino país como Casa Bemberg, adquirió el Grupo Peñaflor —dedicado a la producción vinatera— y, hoy por hoy, su apellido bautiza una bodega familiar que comenzó a producir vinos exclusivos para su propio consumo en el 2013 y que, tan solo cinco años después, en 2018, inició su camino hacia la comercialización a nivel global.
Así nació Bemberg Estate Wines, que recientemente cumplió un año en Paraguay. Para celebrar este primer ciclo de éxitos, la enóloga Juliana Bevilacqua y la export manager de la firma, Victoire Régent, dirigen cenas maridadas y degustaciones en restaurantes asuncenos como Toro, Josephine, Nunciata y otros, con el fin de acercar los sabores de la marca a los consumidores finales. “El objetivo es dar a conocer la bodega, ir presentando la historia de la familia y degustar los vinos con el cliente porque esa es la mejor manera de explicar en qué consiste realmente cada botella”, puntualiza Victoire.
El objetivo es dar a conocer la bodega, ir presentando la historia de la familia y degustar los vinos con el cliente porque esa es la mejor manera de explicar lo que es realmente cada botella
Victoire Régent, export manager.
En general, la característica más evidente de los vinos de lujo es su alta calidad pero, en particular, Bemberg se destaca por la atención milimetrada desde la vid hasta la botella. Otra pauta de su exclusividad es que cada año generan solo entre 3000 y 5000 unidades por cada variedad. “Todo el proceso, no solamente el de elaboración de la bebida, sino también el cuidado de las plantas, se encuentra cuidado con el máximo detalle para llegar al mejor resultado posible. Cuando decimos que son productos de lujo, hablamos de una producción muy limitada porque se seleccionan solamente las mejores parcelas y las mejores uvas”, explica.
Cuando decimos que son productos de lujo, hablamos de una producción muy limitada porque se seleccionan solamente las mejores parcelas y las mejores uvas
Victoire Régent, export manager.
Debido a su finísima calidad, la producción de esta bodega está dirigida a coleccionistas y amantes del vino que quieren descubrir nuevas experiencias y son capaces de apreciar los detalles de la bebida. “Paraguay es un mercado interesante por su proximidad con Argentina, vemos un público idóneo, interesado en este tipo de producto. De hecho, el año pasado se recibió de manera positiva y con mucho entusiasmo”, expresa Victoire.
El terroir argentino
Situada a unos 1300 metros sobre el nivel del mar, en Gualtallary, Mendoza, la bodega está posicionada en una región conocida a nivel internacional como la cuna de vinos excepcionales. El análisis de Juliana Bevilacqua, enóloga de la firma, es que este reconocimiento deriva de su terroir; es decir, de la combinación de suelo, clima y mano de obra que dotan al vino de unas características únicas.
El terroir argentino, explica, consiste en un clima seco, de suelo restrictivo, que aumenta su calidad. “Lo que hace la vid es, a través del fruto, asegurarse de que su especie no se extinga. Se esmera para que esa uva sea la mejor”, ahonda la especialista.
Lo que hace la vid es, a través del fruto, asegurarse de que su especie no se extinga. Se esmera para que esa uva sea la mejor
Juliana Bevilacqua, enóloga.
En Gualtallary, Bemberg Estate Wines cuenta con las variedades malbec y chardonnay, mientras que en Los Árboles, finca ubicada 20 km más al sur, tienen pinot noir y cabernet de Cafayate, localidad de la provincia de Salta que produce un vino distinto, especiado.
La Linterna y Pionero
La enóloga explica que Bemberg Estate Wines trabaja dos líneas: La Linterna y Pionero. Mientras la primera se hace con base en monovarietales —es decir, una sola variedad— la segunda es una mezcla de diversas uvas que reinterpreta los vinos franceses que tanto amaba Otto Bemberg. De hecho, en aquella época, el blend bordelés incluía malbec.
La Linterna, en cambio, busca mostrar la mejor expresión de su terruño. Su fermentación es espontánea, sin empleo de cultivos seleccionados, en recipientes de madera y concreto, lo que contribuye al cuidado y respeto de este carácter. De acuerdo con Juliana, esto significa que “en el proceso se optó por utilizar las levaduras presentes en el viñedo, ya que creemos que así se maximiza la expresión del terroir”.
En el proceso se optó por utilizar las levaduras presentes en el viñedo, ya que creemos que así se maximiza la expresión del terroir
Juliana Bevilacqua, enóloga.
El lanzamiento más reciente de esta línea es una nueva estrella a nivel local. Se trata de un vino que cautiva con su perfume y tensión, y que combina delicadeza y una sutil pero estructurada potencia.
Para conocer más detalles de la historia de la Casa Bemberg y los vinos de lujo que hoy produce en su bodega, se puede ingresar a la página web de la firma www.bembergestatewines.com