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Desde el alma

Un poema fotográfico

El ojo del fotógrafo captura las risas, las muestras de afecto y los símbolos del gran día, primero, con su sensibilidad y, después, con la lente. Berenice Gómez Crosa, creadora de Desde el Alma, deposita en cada uno de sus trabajos una pasión por plasmar recuerdos y emociones que se manifiesta con naturalidad en el resultado final de su trabajo. En esta ocasión, exploramos con ella la conexión que forjó con su cámara y la habilidad autodidacta que la lleva a la búsqueda de la belleza auténtica.

Como fotógrafa autodidacta, Berenice Gómez Crosa encontró la forma de escribir poemas a través de la lente en su emprendimiento Desde el Alma. No fue un deseo explícito desde el principio; la fotografía se le presentó en momentos de intimidad de la familia, en las ocasiones sencillas de encuentro con sus seres queridos. “Hoy, de adulta, reconozco mi interés de aquel entonces por las historias que, tímidamente, se manifestaban al ver las fotos familiares. Para mí era un viaje llegar a la casa de cualquier persona y pedir los álbumes. Me sentaba, los miraba y trataba de imaginar el momento vivo”, recuerda.

Más tarde, la escritura también llamó su atención y, como sentía que las ideas y palabras se agolpaban en su mente, eligió la fotografía porque “quería decirme cosas a mí misma”. Ese acercamiento emocional que encontró en este rubro la llevó a que, hoy por hoy, considere que su cámara es una extensión más de su cuerpo.

De esta manera llegó Desde el Alma a su vida, como una pulsión que busca, a la par, expresar emociones y capturar fielmente la esencia de los momentos. Sus ejes de trabajo son la fotografía y el video para bodas y quinceaños, porque el deseo de Berenice siempre es que su lente capture la belleza auténtica de los rituales clave en la vida de las personas.

¿Cuál fue tu primer evento?

  • Fue la boda de una amiga de infancia, quien me pidió que le hiciera fotos. La conocía muy bien, de toda la vida, y en esa intimidad hice el intento de contar con delicadeza lo que veía. Su papá fue una persona importante para mí, esa noche le tomé una instantánea cuando sostenía un cigarrillo y, con un dedo de la misma mano, sus lentes. Esa captura se volvió icónica e inolvidable para la historia familiar. Años después, cuando murió y volví a encontrar esa imagen congelada en el tiempo vi que, sin dudas, era una de las que más lo representaban.

¿Cuál es tu formación en fotografía?

  • No me considero una fotógrafa muy técnica, creo que mi cámara es una extensión de mis manos. Como no pasé por institutos, al comienzo eso me inhibía, pero ahora que ya tengo un camino recorrido, no me importa. Uno tarda más en asumirse y solamente los años de experiencia dan un aval que, a menudo, es más sólido.

Esto de ser autodidacta, ¿qué plus aporta o qué potencia en vos como profesional?

  • Uno va aprendiendo en la medida que la búsqueda es clara. Si sabés lo que querés, aprendés a usar las cosas que te llevan a conseguirlo. Ahora, como estoy en constante ejercicio y uso las técnicas en el día a día con la cámara como parte de mí, mis objetivos ya son menos instrumentales y más de concentración. Ese adiestramiento hace que tu cerebro y tus herramientas estén en sintonía. Mi exploración pasa a ser más poética, más abstracta y sutil.

¿Cuál es tu objetivo como fotógrafa?

  • Puedo decir que lo que me mueve como fotógrafa es la búsqueda de la belleza honesta, aquella que no pretende, que simplemente es. Cuando trabajo estoy conectada con lo que veo; siento que, en ese estado, inevitablemente, ella se presenta.

¿Quiénes son tus referentes internacionales en este rubro?

  • Un fotógrafo español decía que la mejor manera de pulir la mirada es observar los trabajos de grandes pintores. Los artistas, sobre todo los antiguos, pasaron años tratando de entender la luz. Y en la fotografía esta es demasiado importante, es con su presencia o ausencia que narramos historias. Así que, si bien admiro el trabajo de muchos colegas, siento que mi inspiración son las pinturas.

Puedo decir que lo que me mueve como fotógrafa es la búsqueda de la belleza honesta, aquella que no pretende, que simplemente es.

Berenice Gómez Crosa

¿Y cómo se logra comprender y utilizar la luz?

  • Los fotógrafos nos mantenemos a la caza constante de la luz, es menester estar predispuestos a que se presente. Con Chucho, mi compañero y socio en esto, hay mucha conexión y sincronicidad, él no es de detenerse en divagues reflexivos sobre la belleza, pero en la práctica capta la esencia de manera intuitiva y natural, por eso nos entendemos bien.

¿Considerás que seguís las tendencias de fotografía actuales o vas a tu propio ritmo?

  • El camino de Desde el Alma es una construcción lenta. Las tendencias no son algo de lo que estoy pendiente, lo hago a mi ritmo. Siento que eso también tiene que ver con un compromiso con la gente que nos contrata. Me siento cómoda así porque lo que hacemos es para toda la vida, aunque a veces nos comportamos como si solo fuera para las redes. Si queremos hablar en esos términos, entonces puedo decir que esa es la tendencia que nos moviliza: ser fieles a nuestras búsquedas, no sucumbir a la desesperación de mostrar todo en internet.

¿Cuál es el sello de las fotografías de Desde el Alma?

  • Creo que el sello de Desde el Alma es la búsqueda de lo sutil y la belleza honesta en las celebraciones, a través de imágenes que transmiten movimiento, naturalidad y emociones sinceras. Así como la fotografía es dibujar con luz, lo que ella dibuja puede ser la propia alma trascendiendo el mundo material y valiéndose además de este, a través de un vestido, un lugar o unas flores. En una boda, un cumpleaños o bautismo, se manifiesta de manera más patente. ¿Por qué los celebramos? Para hacer esa pausa y decir: “Esto es importante”. Son muy hermosos los rituales porque ahí hay un deseo, una celebración de nuestra existencia.

¿Cómo construiste la confianza en vos misma y en tu relación con la cámara?

  • Antes no había tanta dirección de mi parte, ahora sí, lo cual va ligado a la confianza que gané. A veces pasa que nos contratan personas supertímidas, que no disfrutan de posar y nos llaman porque nuestras fotos se ven muy naturales. Lograr ese resultado está ligado al tiempo y al ritmo. Se trata de dejar que esa pareja sea, ir conociéndola y entender el porqué de sus acciones. Por eso, voy de nuevo al planteamiento del alma: se manifiesta en cada elección, en los gestos, las muestras de afecto, las emociones. Es importante que los novios se puedan permitir ser, porque están cumpliendo un sueño y es un día muy especial.

¿Por qué es importante tener un álbum físico?

  • Es un buen resumen, nos lleva a una selección minuciosa de fotos, lo que da como resultado algo muy hermoso que no depende de aparatos para ver los recuerdos. El uso excesivo del celular hizo que perdamos un poco el sentido de valor del álbum físico. Y con o sin él, nuestro trabajo es crear un recuerdo de este gran día en tu vida. Es tu historia.

¿Cuál es el tiempo de entrega de los materiales digitales y físicos, luego de la boda?

  • El tiempo de entrega es de hasta 60 días. Generalmente, 48 horas después de un evento hacemos un adelanto de mínimo 200 fotos. Esto es posible gracias al trabajo de nuestro equipo. En este punto, me gustaría nombrar a cada uno, porque gracias a ellos estamos creciendo y fortaleciendo la marca. “Trabajo con mi compañero de vida y socio, Chucho Jiménez. En edición de fotos se encuentra mi hija mayor, Victoria, junto a Lauri Jiménez, Vladi Fleitas y Romi Sánchez. En edición de videos contamos con Noemí, Jorge Martín y Octavio, mi segundo hijo. Como colaboradores están Tati Lugo, Guada Roa, Uki Villalba, Jorge Rodas y Pablo Giménez”.

Mientras creás ese recuerdo eterno, ¿cómo lidiás con la instantaneidad?

  • Para mí es importante estar conectada con lo que estoy viviendo en el momento antes que obsesionarme con mostrarlo en redes. Ocurren cosas que son muy mágicas e íntimas en una boda. Los clientes que nos contratan son los primeros en recibir el material. En oposición a la presión que existe ahora de estar siempre online, si mi compromiso es con esas personas, su momento y su rito único en la vida, la entrega de mi energía y mi tiempo se debe a ellos.

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