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5 destinos de Brasil

Para explorar este verano

Brasil es un mundo aparte en el continente, lleno de riquezas increíbles, como el ritmo de su gente, la comida y, sin dudar, las fabulosas playas con aguas turquesas y arena caliente. Hay un sinfín de paraísos impresionantes por explorar más allá de Floripa y el sur. En esta nota, te muestro cinco sitios que debés conocer del país de la bossa nova para aprovechar el verano.

Por Pati Ayala

Río de Janeiro

Quien no dejó su corazón en esta cidade maravilhosa, nunca conoció realmente sus encantos. Sin dudas, Río de Janeiro es uno de mis lugares favoritos en el mundo por sus sabores, ritmo y su gente. Llegá de agosto a febrero si querés una verdadera fiesta y sos atrevido, ¡son los mejores meses!

¿QUÉ HACER?

Si es tu primera vez en este destino, sin dudar, yo haría lo turístico. Mucha gente se rehúsa, pero hay que entender que la aglomeración está ahí por una razón y, en el caso de Río, es porque estas vistas se van a convertir en momentos únicos de tu vida.

Entre Pan de Azúcar y el Cristo Redentor está la disputa por la mejor vista. A Pan de Azúcar te recomiendo ir bien temprano, si sos de las personas que huyen de la muchedumbre; pero al atardecer, si por el contrario sos de las que quieren sacar las mejores fotos para Instagram y no te importa formar largas filas. Aquí, una parada importante es el bar para brindar con una buena caipiriña.

En mi visita a Cristo Redentor —que solo haría una vez en la vida por la cantidad insólita de escalones que hay— no pude evitar emocionarme hasta las lágrimas. No es que sea muy creyente pero, ahí arriba, no sé si es Dios, la energía o el universo, pero algo mucho más grande que nosotros hace que sientas su fuerte abrazo.

¿DÓNDE COMER?

Río de Janeiro siempre tiene guardado un nuevo rincón de sorprendentes gustos. Para el brunch, recomiendo el parque Lage porque, aparte de comer exquisito, se puede ver una de las más conocidas construcciones de la ciudad y sacarte la famosa foto con la fuente y los arcos. En cuanto al almuerzo, mi sugerencia es la Academia de Cachaza, donde tenés más de un centenar de distintas marcas de esta bebida para degustar y variedades de comida bien autóctona. También, recomiendo probar, en la playa Milho, un camarão frito.

Luego sería bueno terminar con una cena en mi spot preferido, con la vista más linda de la noche de Río a mi criterio: Territorio Aprazível, en Santa Teresa. Es un sitio único; siempre que hablo de la ciudad cuento acerca de este lugar por sus platos sublimes. Cuando creías que ya no podía haber nada mejor, llega la torta de chocolate y te sorprende con su majestuosidad, su mezcla dulce y salada de cajú y cacao. El centro es hermoso, allí encontrarás la biblioteca nacional y otros edificios emblemáticos. Si pasás por ahí, no dejes de ir a la confitería Colombo, de las más antiguas del lugar; incluso es una atracción principal, porque tiene una estructura perfecta, todo está bien puesto y es riquísimo.

¿DÓNDE HOSPEDARSE?

Todo depende de cuánto querés gastar, en qué playa estar y cuán cerca. Aunque muchos van a volverse locos al leerlo, mi favorita para hospedarme es Copacabana, porque me gusta el caos, tengo que reconocerlo. Aquí se puede caminar de noche, recorrer chiringuitos y ver cuál es mejor para quedarse a escuchar una buena samba y ver la gente pasar.

Copacabana linda con Leme hacia un lado, un barrio mucho más tranquilo y desconocido por el turista, y con Ipanema hacia el otro, un lugar cuyo nombre ya suena al leer. Al final de esta parte de la ciudad se encuentra Leblon, un poco más chic, con hoteles y restaurantes muy interesantes. Aquí están los cariocas más pudientes de la zona, los puestos son más caros y cuentan con mejor servicio, hay gimnasios en la playa y muchas canchas de vóley. Para los amantes del Airbnb, hay barrios interesantes como el Botafogo.

Trancoso

Este es el paraíso mismo; la tranquilidad y la belleza son sus mayores riquezas. En el municipio de Porto Seguro, estado de Bahía, se encuentra Trancoso, un pequeño pueblo de pescadores que hoy es un destino muy popular entre europeos y brasileños, y el refugio de los locales con glamour del litoral bahiano.

¿QUÉ HACER?

Quadrado es el punto de partida para empezar a explorar la región, pues ahí se concentra la mayor cantidad de actividades. Trancoso cuenta con áreas para shopping y turismo gastronómico, que cada día crecen más.

Las playas Nativos y Coqueiros son las más frecuentadas por sus bares y puestos de comida. Ahora bien, la playa de Río da Barra es más tranquila, con varias atracciones como piscinas naturales y acantilados. Aunque es un poco más difícil de acceder, también se encuentra la playa de Itaquena, ideal para los surfistas por sus olas geniales.

¿QUÉ COMER?

Localizado en una calle sin salida en Quadrado, Capim Santo es uno de los restaurantes más tradicionales de Trancoso. Fue inaugurado en 1985 por una pareja y ahora la hija es la cabeza del lugar: la famosa chef Morena Leite. Muchos de sus platos se hacen con pescados y frutos de mar. ¡No dejes de probar los camarones al curry con leche de coco!

Maritaca es otra parada obligatoria. Sus pizzas son sabrosas, así como sus frutos de mar y sus risottos. ¿Los postres? ¡Una locura! El suflé de guayaba es mi sugerencia.

Otra opción interesante es El Gordo, con una riqueza culinaria de alto nivel en este distrito. Ahora bien, si se buscan mejores precios, hay opciones buenas y baratas como Tapioca da Elma, para quien quiere probar la mejor tapioca del condado.

¿DÓNDE HOSPEDARSE?

Depende de si vas solo, en grupo o en pareja. Si van de a dos, mi recomendación es una posada muy nuevita, un poco desconocida todavía, que se llama Casa das Águas y se encuentra en Quadrado. Las habitaciones son increíbles y los baños, un lujo. Además, el desayuno es exclusivo.

Posada Quarto Creciente es otra opción muy recomendada para parejas, donde también podés ir en grupo o en familia. ¡La piscina es genial!

Ubatuba

Se encuentra en el litoral norte de San Pablo y cuenta con más de 100 playas, islas paradisiacas, cascadas y saltos, caminatas ecológicas y muchas maravillas que tenés que conocer. Hay playas de todo tipo y para todos los gustos; algunas son buenas para deportes; otras, desiertas y solitarias. También para los bañeros que gustan de más ruido existe un sinfín de posibilidades.

¿QUÉ HACER?

El centro urbano tiene la ventaja de estar cerca de muchas atracciones y posadas, desde las más simples hasta las lujosas, con decoraciones playeras o contemporáneas. Por ejemplo, en la playa Itamambuca de Felix hay espacio para las familias y buenas olas para los surfistas.

Además, los paseos a las islas son mis favoritos. Las más conocidas son Ilha das Couves, con una vista increíble; Ilha Anchieta, con playas bellas, paseos histórico-culturales, en los que podés visitar las Ruinas do Presidio; y la Ilha Prumirim, la preferida por los turistas, principalmente en paseos en barco o lancha.

¿QUÉ COMER?

Jundú es una experiencia muy linda, con decoración rústica frente a la playa, muchas bebidas y frutos de mar en el menú. Alecrim, en la playa de Itaguá, es otro punto muy genial, con un bufé de variedad impresionante, mucho espacio para mascotas y almuerzos interesantes. Por otra parte, Raizes es uno de los mejores restós y es enorme, aunque siempre hay una lista de espera. Las pizzas son impresionantes y las bebidas, también. Mi recomendación es el cóctel Juçarinha, con una reducción de juçara —un fruto rojo autóctono—, naranja y vodka.

¿DÓNDE HOSPEDARSE?

Cuenta con una red fabulosa de hospedajes de alta calidad, entre hoteles, posadas, chalés, suites, campings y todo lo que quieras para que tu estadía sea fabulosa. Si estoy en pareja, me gustan los hoteles donde puedo bajar y comer un buen desayuno, por eso te recomiendo el Mandala Beach. Si tu plan es ir con los chicos, ubicarse en un Airbnb o un chalé es buenísimo y Ubatuba tiene unos impresionantes, con unas vistas y lujos geniales.

Jericoacoara

¡Este es uno de mis lugares favoritos de Brasil! Se convirtió en el nuevo destino elegido por los amantes del kitesurf y el windsurf. Aunque Jericoacoara es un lugar todavía poco explorado, muchos le dicen el Caribe sudamericano, debido a sus impresionantes vistas.

¿QUÉ HACER?

Una de las cosas que verdaderamente tenés que conocer en Jeri es Duna Do Pôr Do Sol. El ritual consiste en ir al atardecer y, como su nombre lo dice, admirar la puesta del Sol. Si podés, pedile a tu guía un paseo en buggy hacia el extremo este, un trayecto sin desperdicios que no se puede eludir en esta fabulosa playa.

El parque nacional de Jericoacoara es una cosa de locos, por la arena blanca, las lagunas cristalinas y el mar especial para el surf y el kitesurf. Si estás por ahí, pasá por el Pozo de la Princesa, un pequeño hoyo natural de agua salada. Playa Principal y playa Malhada son dos lugares que recomiendo; esta última es ideal para deportes acuáticos: el Club Ventos es una parada obligatoria para los amantes del windsurf.

Además, en Jeri se encuentra la famosa Piedra Furada, una formación rocosa de color rojo en forma de arco que redirecciona las olas. Si lo tuyo es el recorrido cultural, está la iglesia Nuestra Señora de Consolación, con vista panorámica. Para sacar una buena foto, pasá también por el Farol do Serrote. No esperes encontrar grandes atracciones, pero la vista vale la pena.

¿QUÉ COMER?

Los pescados y frutos de mar son los reyes de la carta. En Ello encontrarás a un belga con influencia francesa que ofrece sabores autóctonos en una combinación muy especial. Te aconsejo que no te pierdas las entradinhas de cajú o la botarga de cangrejo. También podés probar el tartar de pescado del día con coco y, para rematar, una mezcla de mousse de chocolate caliente con helado de caramelo a la flor de sal.

Por su parte, Pimienta Verde es toda una institución de la comida de esta región. Aquí podés probar la casquiña de cangrejo. Y, por último pero no menos importante, está Miragem, parte de Vila Oasis, un lugar muy exclusivo. Su ceviche es riquísimo. ¡Nossa senhora!

¿DÓNDE HOSPEDARSE?

Podés encontrar una mezcla de muchos hospedajes, desde los más económicos hasta posadas de lujo.

Fernando de Noronha

Es un archipiélago en el departamento de Pernambuco, un santuario ecológico y uno de los destinos más visitados por los brasileños. Fernando de Noronha es un Patrimonio Natural de la Humanidad reconocido por la Unesco, cuya tasa de preservación ambiental es de 92,89 reales.

¿QUÉ HACER?

Hay muchos paseos disponibles en la isla; uno bueno en particular es el que incluye admirar el atardecer en el Morro dos Irmãos. También hay tours en barco donde podés hacer snorkel , una actividad que me encanta y que recomiendo. Noronha tiene, sobre todo, ecoturismo y deportes acuáticos en su lista. Con 21 islas en su haber, es un paraíso imperdible. Para entender su magia, recomiendo las playas Sancho y Dos Porcos, que están entre formaciones rocosas y dan la sensación de que alguien las talló a mano.

¿QUÉ COMER?

Los restaurantes están concentrados en Vila dos Remedios, el centro de la isla. Sin embargo, también hay algunos aislados con grandes vistas. Cacimba Bistró queda cerca de la iglesia Nuestra Señora de los Remedios y tiene un ambiente muy acogedor. Sin dudas, su plato estrella es camarones con banana al curry tailandés. También se encuentra Xica Da Silva, que cuenta con uno de los menús más variados porque, además de trabajar mucho con pescados y frutos de mar, también tiene exquisiteces de carne.

Restaurante Do Vale se encuentra al lado de la posada del mismo nombre, con un ambiente verde. Mi recomendado es el atún sellado con puré de wasabi, un preparado muy original.

¿DÓNDE HOSPEDARSE?

Hay todo tipo de hospedajes, desde hostales hasta posadas. Te recomiendo el Nannai Noronha Solar Dos Ventos, ubicado en una de las mejores playas de Noronha. Si vas en pareja, la lucha está entre salir de la habitación y no perderte los paraísos que otorga la playa.

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