Bianca Orqueda

La herencia artística de Bianca le fue concedida en línea directa sin que ella lo supiera de antemano. A su abuela materna ya le había alcanzado la pasión por la música: Felicita (o Fe, como la llamaban) era vocalista en una banda de chamamé, ejecutaba la guitarra y hacía hablar a la armónica con mucha habilidad. La joven no la pudo conocer en vida, pero supo acerca de la poderosa figura artística que Fe tenía en su pueblo después de sentir, por su propia cuenta, una inclinación irresistible hacia el instrumento de cuerdas.

Como tenía la música en su sangre y en el legado de sus ancestros, la guitarra la llamó con voz magnética desde los seis años. A los 11, aprendió a ejecutarla bajo las enseñanzas de una mujer menonita de Filadelfia, una amiga de su familia. Con su instrumento o sin él, Bianca cantaba donde sea, en karaokes, campamentos y escuelas de su comunidad Uj’e Lhavos, del Chaco paraguayo.

Como tenía la música en su sangre y en el legado de sus ancestros, la guitarra la llamó con voz magnética desde los seis años

Sus primeros sencillos se pueden describir como manifestaciones libres y espontáneas de sus emociones. Aquellos temas musicales que hoy conocemos a través de sus redes sociales fueron grabados a medida que surgían de su boca, luego se pulieron y finalmente vieron la luz desde 2019. “Yo nunca transcribí una canción, solo nacían las letras mientras tocaba la guitarra. Seguro he hecho más de 30 o 40 temas que hasta ahora no me acuerdo. Le cantaba a la vida, a mis amigos, a mi mamá, a todo”, revela la artista.

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Unos amigos, que conocían este talento para la improvisación, le propusieron componer una canción completa en cinco minutos.

Bianca asumió el desafío sin pensarlo dos veces, segura de su capacidad y entusiasmada con la idea de ponerse a prueba. Así nació Ta lhõv’e (¿Dónde estás?), su primer sencillo que cuenta con más de 5000 visualizaciones en YouTube a la fecha.

Ese sigue siendo el proceso creativo de la cantante hasta la actualidad: se deja poseer por las emociones que rondan su corazón y las expresa con transparencia. “La música me permite eso. Muchas veces hablamos y queremos que la gente nos entienda, pero nunca terminan de comprendernos. Entonces cuando yo escribo una canción, quiero que sientan lo que yo experimenté en ese momento, siempre a través del nivaclé”, explica.

Muchas veces hablamos y queremos que la gente nos entienda, pero nunca terminan de comprendernos. Entonces, cuando yo escribo una canción, quiero que sientan lo que yo experimenté

Bianca Orqueda

No es fácil desnudar el alma hasta ese punto. Al inicio, que sus propias emociones sonaran constantemente en la radio de su comunidad le pareció extraño, todavía más después de haberse popularizado en internet a mediados del 2020 con Ta lhõv’e. A estas alturas, Bianca no solo se acostumbró, sino que reconoce que está materializando parte de los deseos que tuvo desde pequeña.

Uno de esos sueños es La Casita de Música, un proyecto de enseñanza musical para niños, niñas y adolescentes de su pueblo en el que lleva ya un tiempo trabajando y que, aunque ahora se encuentra en pausa, retornará en el 2023. “Este centro cultural está inspirado en esa Bianca de seis años que quería que haya una escuela de música en su comunidad y que también ansiaba que se detenga el tiempo, le abrazaran y le dijeran que vale mucho, que no importa el ritmo de aprendizaje, no se debe rendir. Además de una casa de arte, va a ser un refugio en el que puedan sentirse libres”, comenta.

Esa niña, la pequeña Bianca, la visitó varias veces en sueños. Recuerda uno en especial, que le sorprendió por lo vívido de la situación. En él, la joven estaba llorando, con la cara sucia y el cabello despeinado. Entonces, el recuerdo de su infancia se le acercó y comenzó a hablar: “Bianca, estás logrando lo que siempre quisimos. Posiblemente debas trabajar más, pero tampoco te presiones tanto. Estoy muy orgullosa”, le decía.

La joven supo trazar un camino de crecimiento artístico para sí misma y actualmente está afinando los últimos detalles para su primer disco de estudio. El álbum comenzó a gestarse hace dos años y verá la luz a finales del 2022. Se trata de un conjunto de canciones en nivaclé, con fragmentos en castellano, en las que Bianca abarca distintos estilos musicales a través de ritmos y ejes temáticos variados.

“La mitad del álbum tiene canciones muy ancestrales y ceremoniales dedicadas a mi pueblo, mientras que la otra parte me representa como joven nivacchê que escucha de todo”, cuenta la cantautora. En este punto, cabe aclarar que la palabra “nivaclé” se refiere tanto al pueblo como a su lengua y a los hombres de la etnia, mientras que el vocablo nivacchê hace alusión a las mujeres de la comunidad.

Cada parte del álbum tiene su propia historia, por eso, todas sus canciones fueron tratadas con mucha paciencia, se pulieron y mejoraron cuidadosamente. “El primer sencillo saldrá este mes, se llama Tojeyam ja jpoyich (Lejos de casa), un tema que habla de cómo me siento cuando estoy lejos de mi familia, de mi mamá. Cuenta que ella nunca dejó de orar por mí y que estoy muy bien gracias a eso”, detalla la artista.

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Aunque Bianca se considera una persona muy independiente, y en la actualidad pasa bastante tiempo en Asunción trabajando en la elaboración de su disco, se siente muy apegada a su familia y su comunidad incluso en la distancia. “No es fácil vivir lejos de casa, mis sobrinos ya están creciendo mucho y no estoy ahí para ellos. Igual, cuando voy, trato de que ellos se interesen más por el lado artístico, para que puedan desahogarse y sacar todo lo que sienten”, asegura.

Otra de las canciones que formarán parte de su proyecto musical está dedicada a un sector muy representativo de su comunidad, ya que hablará de la mujer nivacchê, de su trabajo incansable y sus virtudes. También hay mantras, un estilo que la joven utiliza cuando desea conectarse consigo misma y elevarse a un plano espiritual. Además, Bianca trabajó otros géneros mucho más modernos que consume en el día a día, con el fin de alcanzar un resultado trasversal. “Mi álbum será para todas las edades, podrán escuchar por ejemplo un hip hop en nivaclé”, menciona.

Así como se siente conectada con su niña interior, la joven se consolida como embajadora del pueblo nivaclé, a quien su música está dedicada principalmente. “La raíz de todo esto es dar a conocer mi cultura y honrar a mis ancestros, yo hago esto por los niños de todos los pueblos originarios de Paraguay”, asegura.

La raíz de todo esto es dar a conocer mi cultura y honrar a mis ancestros, yo hago esto por los niños de todos los pueblos originarios de Paraguay

Bianca Orqueda

En este viaje de construcción personal, llevar su lengua cada vez más lejos es la columna vertebral de su arte, ya que, aunque conoce otras lenguas como el español, se sabe manejar en el portugués, entiende el guaraní y está estudiando inglés, ningún otro código lingüístico hace que se sienta tan cómoda como el nivaclé.

Su lengua representa a ese hogar que tanto extraña, al que prometió volver para llevar música a través de su soñado centro cultural. “Tenemos que empezar a conocerlo (el nivaclé), siempre con respeto y con un corazón preparado, no apropiarse de algo que no es tuyo o hacerle creer a la gente que eres algo que no eres”, profundiza la cantautora.

“Los nivaclés son muy atentos a las necesidades del otro, no preguntan qué necesitás, te ayudan, invitan y ofrecen lo que tienen”, añade. Por ello, Bianca quiere proyectar esa esencia indígena y visibilizar los rasgos más característicos de quienes integran la comunidad de U’je Lhavos. “Mucho tiempo se robaron nuestras costumbres, hay gente que dijo cosas que no se cumplieron al final. Los nivaclés dieron tanta artesanía a personas que la tomaron y no volvieron”, opina.

Para apoyar su trabajo artístico, enterarte del lanzamiento de su próximo sencillo Tojeyam ja jpoyich (Lejos de casa) y el futuro disco de Bianca, podés seguirla en sus redes sociales, en Instagram como @orquedabian y en sus canales de YouTube y Spotify, en donde podés encontrarla como Bianca Orqueda.