Conexiones más allá de la fotografía
Tres compañeras unidas por el trabajo y la amistad
El trabajo las llevó a conocerse, pero lo que las unió cada vez más fue la amistad que nació entre las tres. María José Cuevas, Jazmín Rodríguez y Celeste Montaner nos comparten sobre Babyshoot ‒un proyecto que empezaron juntas‒ sus motivaciones, las aventuras de trabajar con amigas que también son socias de trabajo y lo que vienen construyendo con amor y dedicación desde la fotografía.
Este mes se celebra el Día de la Amistad, y muy en el espíritu de esta festividad charlamos con las ideólogas de Babyshoot, una plataforma creada por tres amigas: María José, Jazmín y Celeste, fotógrafas dedicadas al ámbito de retratar recién nacidos, bebés y maternidad.
El proyecto nació como un canal de enseñanza de fotografía. “Juntamos los conocimientos de las tres, ya que trabajamos en el ámbito –Celeste se dedica más a fotografía de maternidad, Jaz y yo, a fotografías de recién nacidos– entonces nos potenciamos entre todas y buscamos tener un nombre en común, que es Babyshoot”, explica María José. Durante el año, comparten un mismo estudio y se desempeña cada una de manera independiente, pero para ocasiones especiales y fechas de temporada alta, como el Día de la Madre y Navidad, se juntan, y así como dijo María José, forman una potencia que logra un producto impecable y de alta calidad.
En octubre se marcan cuatro años de trabajo en conjunto. “Al estar juntas las tres, todo se hace más divertido y llevadero. Se aliviana también, es mucho mejor en equipo”, agrega Jazmín. Por su parte, María José describe su relación con ambas como un minimatrimonio, que tiene sus partes rocosas, como discusiones y desacuerdos, pero cuando piensan en los pros, se dan cuenta de que juntas pueden todo y mucho más. “Crecimos muchísimo más como fotógrafas, como profesionales y obviamente tenemos una amistad superfuerte”, acota María José.
Un encuentro con la fotografía
Algo curioso que tienen en común es que todas empezaron con la fotografía como un hobby, como algo separado de sus profesiones o carreras. Jazmín estudió fotografía porque quería tomarle fotos a su hija. “Hace ocho años nació un sobrino que vive en Estados Unidos. Mi cuñado me envió una imagen de él, que le hicieron de recién nacido. Recuerdo que vi y me dije: ‘Yo quiero hacer esto’”, cuenta Jazmín. Ese fue el inicio de una búsqueda importante en su vida, entre oportunidades de formación en el exterior, estudio y el hecho de dejar que el hobby se convierta en trabajo. Hoy se dedica exclusivamente a la fotografía de bebés, niños y familias.
A María José le pasó algo similar. “Empecé a jugar con una cámara y me di cuenta de que era algo que me apasionaba”, comenta. Hizo todos los cursos que pudo en el Instituto de la Imagen, en Asunción. Cuando entendió que lo que realmente le gustaba era trabajar con niños, con bebés, buscó oportunidades de formación, pero no encontró ninguna acá. “Vi un congreso de recién nacidos, donde participaban todas las fotógrafas renombradas de ese momento, y me fui a Atlanta, Estados Unidos, al Baby Summit”, cuenta. Al volver, comenzó a practicar, y desde entonces no hubo vuelta atrás. Lo que más le gusta de fotografiar recién nacidos es ver su crecimiento; con ellos aprecia y enfatiza lo rápido que pasa el tiempo.
Celeste cuenta que de pequeña ya le gustaba la fotografía. Como su hermano mayor tenía una cámara, ella siempre la prestaba para registrar los eventos de la casa. “La vida me hizo estudiar otra cosa y soy contadora. Trabajé mucho tiempo en administración de empresas, pero después me animé a seguir lo que de verdad me atraía”, acota. La primera embarazada que fotografió fue su hermana, y luego de eso decidió estudiar en La Obra. Encontró la oportunidad de crecer en esto que la apasionaba, y así dedicarse totalmente al rubro y, más adelante, a la fotografía de mujeres en la dulce espera.
Una visión y una amistad en común
Antes de formar Babyshoot, no tenían un vínculo amistoso, más bien eran conocidas del rubro. Ellas consideran este factor como algo beneficioso para la amistad que luego formaron. “Creo que eso ayudó a que aprendamos a relacionarnos, porque somos muy diferentes. Si bien eso puede ser un contra, es como que nos nivela. Cada una tiene algo que ayuda a elevarnos, y gracias a eso crecimos muchísimo”, comenta María José.
Consideran que su amistad es más bonita aún porque de eso nació algo que no tenían previsto, este proyecto que tienen juntas. “Cuando trabajamos, nos divertimos muchísimo. Si una necesita hacerle reír a un niño en una sesión, nos ayudamos siempre. A veces nuestros clientes son los mismos, rotan entre nosotras, y no tenemos problemas con eso. Siempre tratamos de mantenerlos dentro del estudio”, explica Celeste.
La base y el objetivo de Babyshoot es hacer que las personas que contratan este servicio vivan una experiencia, que los niños que van a las sesiones se lleven consigo un recuerdo alegre, un momento inolvidable. “No es solo sacarse fotos, es ir a jugar al estudio y de paso nosotras les retratamos. Ellos no sienten que es una sesión”, agrega María José. Algo lindo que les comparten los padres es que sus hijos no se olvidan de esa vivencia; es más, luego vuelven contentos, porque recuerdan que se divirtieron allí.
Buscan que los clientes queden siempre satisfechos, ya sea que trabajen con María José, Celeste, Jazmín o con las tres. “No solamente la experiencia, sino ofrecer un producto de calidad. Estamos en constante capacitación, siempre buscando lo mejor, en el set y en nuestros equipos. Invertimos para ofrecer algo que note y marque la diferencia”, comparte Jazmín.
Desde que empezó la pandemia, tuvieron un cese de trabajo en los primeros meses de 2020. Pero apenas arrancaron de vuelta, no sintieron una disminución en la demanda; al contrario, los clientes más que nunca valoraban y buscaban un registro fotográfico. “Le dan otro valor a partir de la pérdida de un familiar cercano. No hubo una baja en el trabajo, nosotras no paramos”, agrega Jazmín. Es más, cuentan que para la Navidad pasada tuvieron tres veces más contratos que en años anteriores.
Intensificaron los cuidados y los intervalos entre cada sesión, contrataron personal extra para la limpieza del estudio cada vez que salía un cliente. Igual, estos protocolos no eran nuevos para María José y Jazmín, ya que al trabajar con recién nacidos, debían hacer todo eso siempre, en cada sesión. Lo que sí pararon son las capacitaciones que realizaban, que incluían formación global de fotografía de maternidad y bebés.
En espera de la temporada alta
A esta altura del año ya empiezan con los preparativos para la que es una de las fechas más importantes para Babyshoot: la temporada de Navidad. El trabajo de producción incluye el diseño del set, para el cual contratan varios profesionales, desde arquitectos a diseñadores; hasta la elección de cada pieza y cada juguete, además de muchas cosas que compran del exterior.
El producto estrella de esta época es la caja de regalos que preparan, de la mano de una diseñadora que las asesora con su diseño. “Es un plus que nos destaca. Las primeras 60 personas que abonen la sesión se llevan una caja exclusiva llena de regalos de nuestros auspiciantes”, explica María José. En setiembre ya deben tener lista la campaña y lanzarla para que al mes siguiente ya puedan agendar y realizar las sesiones. “En octubre empezamos a sacar las fotos porque para la primera semana de diciembre ya deberían estar listas las imágenes. La gente también quiere imprimir para regalar a sus familiares, para publicarlas, hacer regalos, etc.”, comenta María José.
Si te gustaría contactar con las fotógrafas de Babyshoot para una sesión de fotos o ver sus trabajos, podés encontrarlas en Instagram, a Jazmín como jazrodriguezph; a María José como fotografiamjc, y a Celeste como celestemontaner. También podes escribir a sus mails, celestemontaner@gmail.com; jazrodriguezmagrini@gmail.com y fotografiasmjc@gmail.com.
Contactos. María José Cuevas: (0981) 814-574, Jazmín Rodríguez: (0991) 204-999, Celeste Montaner: (0971) 204-100.