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Macarena Pick

Cuisiner du monde

Ver, probar, crear, recomendar. En la cocina, Macarena Pick experimenta diversos enfoques. Es chef pastelera, asesora gastronómica con años en el sector y, sobre todo, emprendedora culinaria de corazón. Años atrás se imaginaba trabajando en algunos de los restaurantes más importantes de Francia y, hoy, construye su carrera en Madrid.

Reunirse con su familia o sus amigas para cocinar siempre fue una de sus actividades favoritas. Macarena Pick se sentía llena de alegría con cada nueva receta que probaba en compañía de sus seres queridos. Su pasión por la gastronomía comenzó así, de manera espontánea, y actualmente se encuentra ejerciendo la profesión en Europa.

En sus inicios, con la curiosidad que la caracteriza, cuando llegó la hora de elegir una carrera, decidió probar varios ámbitos para descubrir cuál la hacía realmente feliz. Entre ellos estaba la gastronomía. “Ahí, por primera vez, entré a una cocina profesional y me enamoré de la pastelería”, relata.

Esa experiencia la ayudó a descubrir que el sector gastronómico era el hogar de su pasión y, a esta certeza, se le unían las ganas de emprender. De hecho, no tardó en hacerlo y se dedicó totalmente a esta profesión. “Con la pandemia este sueño se volvió realidad porque a través de mi cuenta de Instagram empecé a vender postres, que rápidamente se volvieron famosos. Se compraban cientos a la semana. Así me di cuenta de lo mucho que disfrutaba esto y que era lo que quería hacer con mi vida definitivamente”, recuerda.

A este emprendimiento le dio el nombre Chez Macarena, que quiere decir “en la casa de Macarena” o “en lo de Macarena”, en francés. Cuenta además que “tuve la libertad de expresarme creativamente y encargarme de todos los aspectos de un negocio: marketing, branding, packaging, cocinar, ¡todo!”.

Su objetivo también implica no cerrarse solo en la pastelería. Otra actividad que le encanta en este universo es organizar clases de cocina a grupos de ocho a 10 amigos, donde preparan un menú entero. En la edición italiana, hicieron bruschetta de entrada, carbonara de plato de fondo y tiramisú de postre. Cabe destacar que tuvo la oportunidad de aprender cocina de la Italia auténtica con reconocidos chefs que le enseñaron que esta es simple, solo se trata de usar buenos productos y perfeccionar la técnica.

Una edición anterior de sus clases de cocina estuvo centrada en la gastronomía mexicana y ya proyecta un tercer encuentro a futuro porque, en sus palabras: “No hay mejor plan que reunirse con amigos a cocinar, tomar buen vino y disfrutar de música y ambiente”.

«Para mí es fundamental crear un producto de calidad, bien hecho y auténtico”

Macarena Pick.

DELICIOSO DESAFÍO

No en vano Maca define a la gastronomía como el eje de su tiempo. Cuando no cocina con sus amigos o a solas, trabaja como asesora gastronómica, prueba restaurantes o filma recetas para su cuenta.

En busca de esta pasión, viajó al extranjero para formarse con algunos de los mejores profesionales a nivel mundial. En lo académico, su primera parada fue la IE University de España, donde cursó Administración de Empresas y Relaciones Internacionales. Y es que a ella le gusta la idea de conocer esta industria en sus dos facetas, como empresa y como fuente de creatividad.

“Allí lideré el club culinario con más de 600 miembros, y por primera vez organicé clases de cocina, charlas con expertos de la industria y eventos en colaboración con restaurantes”, menciona Maca. Esta iniciativa estudiantil le ayudó a formar una cartera de contactos en el rubro de la hostelería y los restaurantes madrileños. Tanto el ingenio como la entrega total al rubro culinario la llevaron a foguearse en algunas de las cocinas más importantes de Francia, como Ladurée París, conocida como la mejor pastelería del mundo, y el renombrado Hotel Ritz, cuya carta de presentación es el brillo de dos estrellas Michelin.

Su paso por Ladurée París fue como vivir un sueño porque “la pastelería siempre fue mi punto débil, realmente no hay nada que se me haga más fácil que el mundo de los dulces”. Allí tuvo la oportunidad de cambiar de cocina cada tres semanas: conoció las masas, la decoración de tortas, el gelato, los macarons, las viennoiserie (masas hojaldradas). “Esto me ayudó a aprender un montón junto a chefs reconocidos y a perfeccionar mis habilidades en todas las áreas”, menciona.

CONDIMENTOS CLAVE

El primer y más importante factor es su pasión por la cocina, que la lleva a buscar la excelencia en cada plato. “Para mí es fundamental crear un producto de calidad, bien hecho y auténtico. Esto requiere conocimiento y práctica, así como usar buenos ingredientes”, opina.

Su conocimiento completo de todas las aristas del mundo gastronómico fue crucial para que Maca llegue a donde se encuentra. Actualmente, trabaja en una consultora gastronómica en Madrid, especializada en abrir restaurantes. Allí, ven la cocina como un todo. “Trabajamos desde la creación del concepto, la comida y la elección del chef, hasta el interiorismo, el branding —diseño de marca—, la vajillería y el marketing”, explica.

Allí adquiere diariamente el savoir faire de su profesión y, por ello, es palabra mayor en lo que a experiencia y disfrute se refiere. Con esta mirada, una de sus principales recomendaciones es despegarse del confort de los platos ya conocidos. “La gente debe animarse a probar comidas nuevas con ingredientes a los que no están acostumbrados. Más allá de la gastronomía china, mexicana o italiana, existen países como Lituania, Polonia y Georgia, que tienen delicias tradicionales por descubrir”, sugiere.

Desde afuera, ella ve la gastronomía paraguaya en una apertura incipiente a la diversidad culinaria del mundo. “La gente viaja y conoce más platos, se enamora de diferentes sabores y luego los exige en Paraguay. Esa demanda va a expandir la oferta dentro del país y también creará un hueco para gente del exterior que quiera invertir en él y en su comida tradicional”, anticipa.

Ella piensa que el rubro culinario avanza a pasos rápidos acá. “La gastronomía paraguaya me llena de orgullo, cada plato refleja nuestras raíces y cultura, y realmente es deliciosa”, expresa. En cuanto a la pastelería, le parece que el nivel se elevó hasta casi alcanzar la calidad extranjera. Incluso, la entusiasma ver, en cada visita a su tierra natal, cómo la gente se encuentra cada vez más abierta a probar cosas nuevas en materia de dulces.

Y en este horizonte de constante expansión, su sueño es volver al país para instalar su emprendimiento y aumentar sus desafíos. “Quiero llegar a abrir las puertas de mi primer local gastronómico y expandir Chez Macarena hacia otros proyectos, como clases de cocina, consultoría gastronómica y similares”, finaliza.

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