Arte y diseño interior
Cómo lograr una fusión exitosa
Reconocer que una obra de arte no es un objeto de decoración —de la misma forma que nuestro hogar tampoco es una galería de arte— es el punto de partida fundamental para incorporar una pintura, escultura u otro tipo de creación artística a nuestra vivienda.
Existen códigos importantes a conocer para que el precioso mensaje inmortalizado con pasión y dedicación por el artista sea respetado. Utilizo la palabra respetar porque, a diferencia de una pieza de mobiliario, su único propósito es el de invitarnos a una forma de trascendencia; una comunicación interior que la obra instala con nuestro ser, la sociedad, los elementos naturales, la divinidad o el vacío.
A este respecto, debemos concederle el altar que merece, un lugar astuto donde podrá establecer y continuar una conversación con su entorno y sus admiradores. La ubicación perfecta de la obra dependerá de muchos factores.
Propongo cuatro sugerencias para una fusión exitosa de la obra en el interior de su hogar.
1. Elección de la obra
La compra de una obra debe ser vivida siempre como si fuera la primera vez. No es vital, pero produce una dosis de emociones que se convierte en algo único. ¡Qué sensación excepcional! Esa es la razón por la cual no se forma una colección de arte de un día para el otro, sino a lo largo de una vida entera.
Conviene que esta elección, primero, esté respaldada. Si no son ustedes mismos los conocedores, la compra debe ser acompañada con muchas precauciones por parte del galerista, el artista o algún experto en arte. El futuro comprador debe entender el mensaje de la obra y la sutileza de los detalles a fin de entablar una sintonía con su conocimiento y experiencias de vida. Una obra comprada sin sentido nunca encontrará totalmente su lugar en el hogar.
Incluso si se tratara de una inversión financiera (si tomamos el ejemplo de la adquisición de piezas de grandes maestros), el dueño de casa no será capaz de preservar la obra, exponerla y comprobar su valor a los futuros compradores si no crea una conexión emocional previa con ella.
2. Arquitectura y juegos de exhibición
Para encontrar el sitio perfecto, fíjese en todos los espacios claves de referencia para el ojo. Puede ser el primer lugar que notan al entrar en un salón, el muro al fondo de un corredor, un pilar estructural o una escalera de forma llamativa. Recomiendo jugar con las claves arquitectónicas y combinarlas con obras importantes.
Sin darse cuenta, uno va creando juegos de perspectivas que realzan el arte expuesto sin descuidar la manera en la cual su vivienda fue concebida. Algunos ejemplos son los nichos o estanterías, que se prestan perfectamente a la valorización de obras en tres dimensiones. La pared detrás de una cama enmarcará sabiamente una obra maestra, así como el lugar encima de un mueble o chimenea.
La ubicación de una obra de arte sigue los mismos recursos teatrales desarrollados por los arquitectos de las antiguas mansiones o de los lujosos castillos, quienes buscaban crear sorpresa y admiración en la mirada de sus visitantes.
3. Crear el entorno apropiado
Estamos hablando de arte, un término utilizado a lo largo de la historia para destacar las bellezas de nuestro mundo, ¡pero también para transgredirlas! Hace falta, entonces, ser creativo y audaz para que el arte encuentre su lugar en el hogar.
Por un segundo, imagínese el diseño interior de su casa como un paisaje mental. Cada detalle (volúmenes, iluminación, mobiliario, accesorios, puertas, ventanas, colores, etc.) deben crear un todo con la obra, como un indicador fuerte de la personalidad del propietario. Los tonos claros en las paredes resaltarán los colores vivos de las pinturas, tal como las paredes oscuras crearán un ambiente acogedor si vienen combinadas con dibujos o fotografías.
Se puede optar por seguir las firmas y el estilo de la obra de arte en la elección del mobiliario o, al contrario, entrar en total ruptura para crear un efecto de contraste. Por ejemplo, una escultura modernista puede encontrar su lugar en un salón de estilo 1800; de igual manera, una pintura impresionista resaltará en una decoración minimalista o industrial.
La uniformidad de estilos y la simetría no son claves del buen gusto; poseer el conocimiento y mostrarlo con sutileza en el diseño interior sí lo son. Jugar con los accesorios ayuda a coordinar la obra con el interior; si los accesorios tienen alguna relación con la obra, prolongan los pilares de esta y crean un marco contextual justificativo a sus decisiones de exposición.
4. Aspectos técnicos
La mayoría de los hogares no puedan reproducir las mismas condiciones de exposición y conservación que los museos más grandes del mundo. Pero eso no es impedimento: igualmente, existen varias precauciones de base para nuestra escala:
– Los dibujos figuran dentro de la categoría de las obras más frágiles. Por consiguiente, deben estar alejados de zonas de luz directa o protegidos por vidrios con protección UV.
– Las obras elegidas para los espacios con riesgos de humedad (como los baños) no pueden estar sin tratamiento antihumedad.
– Asegurarse de que las paredes sean suficientemente resistentes para colgar cuadros y que las obras estén sujetas con firmeza.
– Alejar las obras de zonas directas de calor (frente a chimeneas, calefacción, etc.).
– Ubicar el centro de las obras de pared a la altura de su mirada, para respetar cierta armonía.
Extra tip: La iluminación correcta
Por último, una obra de arte no puede ser admirada sin la luz correspondiente. Los focos LED están entre las mejores opciones del mercado, ya que producen una luz tenue (perfecta para los matices de colores y texturas) sin producir rayos UV ni calor. Una iluminación general sirve para varias obras, a menos que esté considerando iluminación individual, en cuyo caso se debe tener en cuenta la distancia e inclinación del foco, crucial para que el rayo de luz no refleje en la pieza. Con la iluminación adaptada, las obras serán el centro de atención y obtendrán el efecto deseado.
Gabriela
Goals de decoración 🥰🥰