Vale Gallarini
Multifacética y original
Como la persona creativa que es, Valeria Gallarini tuvo más de un aporte a la construcción de la esencia de esta revista a lo largo de los años. Cofundadora de una reconocida galería de arte, columnista y productora de moda, Vale fue testigo del movimiento del escenario artístico paraguayo desde muy joven.
Hoy por hoy, dedica su vida a ese mundo creativo que, en parte, crece, se mueve y se solidifica en las paredes de su galería. Y aunque el arte es una parte importante de su día, no se desprende de las relaciones públicas y sigue vinculada a varios proyectos que le importan. Es una fiel creyente del arte nacional que, según su visión, se mueve hacia horizontes renovados, creativos y distintos.
“Ahora hay muchas actividades, más galerías y ferias, un calendario muy rico de eventos; y todo tiene que ver con que estamos creciendo como país. Existe un interés por hacer cosas nuevas e interesantes por el talento local y el arte”, ahonda.
Fue ese amor a la creatividad nacional, tanto en arte como en moda y mucho más, el que plasmó en sus espacios en High Class a lo largo de los años.
“Escribí acerca de viajes, moda, arte; entrevisté a grandes escritores y artistas paraguayos, y todo se dio porque en aquella época yo estudiaba y ya me vinculaba mucho con el mundo artístico”, recuerda Gallarini. Convivió con la revista prácticamente desde el minuto cero, en columnas de todo tipo, hasta el 2019.
“Creo que la revista siempre tuvo buenos estándares de contenido y los mantuvo muy bien”, opina Vale. El cambio más notorio que recuerda en estos años es el paso de las portadas extranjeras, que marcaron los inicios de High Class, a las tapas propias, con creatividad, modelos y escenarios locales. “Pienso que dio espacio a profesionales del ámbito y nos ayudó a crecer mucho”, acota.
Fue un canal que yo pude usar en su momento para destacar el trabajo de mucha gente, y veo cómo sirvió de vehículo de comunicación para las cosas hermosas que hacemos en Paraguay
El sello indiscutible de Valeria se trasladó a una sección de humor muy esperada por las lectoras y uno de los personajes más misteriosos de la revista, hasta ahora. La columna de Nicoletta nació de su perspectiva humorística, así como sus vivencias vinculadas con la maternidad, el ser mujer y aprender a balancear todo sin morir en el intento, personificada en una persona disparatada, que hablaba siempre de cuestiones aparentemente frívolas, pero con un trasfondo reflexivo.
“Uno de los textos que recuerdo era acerca de cómo los cánones de belleza cambiaban a lo largo de los años; no debíamos estar tan esclavizadas, porque un día, las imperfecciones podían estar de moda”, relata.
Nicoletta nunca se fue de su corazón, porque simplemente le encantaba: “Siempre tenía mucho material y nos divertíamos un montón con esa columna; para las lectoras también era muy esperado qué disparate íbamos a tocar.”
De su paso por nuestras páginas destaca también la libertad de contenido, que le permitía hablar de cualquier tema que le interesara sin limitaciones u obligaciones: “Fue un canal que yo pude usar en su momento para destacar el trabajo de mucha gente, y veo cómo sirvió de vehículo de comunicación para las cosas hermosas que hacemos en Paraguay. En el equipo de la revista siempre hubo buen trato. Es un espacio de comunicación, cariño y respeto, un lugar donde siempre me sentí en casa”.