50 años de ballet
Una celebración más allá del escenario
A telón abierto es el nombre de la muestra que celebra los 50 años del Ballet Clásico Moderno Municipal de Asunción, que reúne más de un centenar de trajes, escenografías, fotografías y mucha historia de las grandes obras llevadas a escena. Charlamos con su coreógrafo y director, Miguel Bonnín; la doctora e investigadora Patricia Bonnín, y la diseñadora de alta costura Florencia Soerensen sobre lo que implicó poner a punto esta exposición, diseñada al milímetro para que la ciudadanía pueda conocer desde dentro el patrimonio tangible que atesora la compañía.
La historia del Ballet Clásico Moderno Municipal de Asunción (BCMM) es también la del amor y la entrega de muchas personas —bailarines y no bailarines— que dieron todo de sí para que esta sea una compañía de renombre. Es el relato de su vestuario, su escenografía, del arte mismo… y un pedazo de la vida misma de la ciudad de Asunción.
Desde sus inicios se destacó por ser una compañía de danza poco convencional, pues no es enteramente ni clásica ni moderna, ya que su repertorio incluye desde El lago de los cisnes y Don Quijote, llevados a escena siempre con un espíritu innovador, hasta piezas más contemporáneas. Nos cuenta su coreógrafo y director Miguel Bonnín que, en 1990, cuando le propusieron la dirección de la institución, implementó una reestructuración en la compañía para elevar el nivel técnico y artístico, y esto incluyó conservar todo el vestuario y las escenografías de las obras, una práctica que no era común hasta entonces. Fue una tarea que por muchos años estuvo a cargo de la vestuarista Perla Benegas.
En 2021, con reuniones virtuales y presenciales, el maestro, la doctora e investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos Patricia Bonnín y la reconocida diseñadora de alta costura Florencia Soerensen comenzaron a diseñar la que sería esta exposición para mostrar al BCMM desde dentro. “Con la Universidad Rey Juan Carlos tenemos un compromiso de apoyo firmado con la Asociación Amigos del Ballet para todos los eventos del 50 aniversario y, entre esas actividades, tenemos una gala en el Teatro Municipal, el lanzamiento del libro Un ejército para Terpsícore y la exposición A telón abierto, con las que queremos enseñar la compañía desde dentro”, nos detalla Patricia a la par que agrega que “una de las mejores maneras de conocer al ballet es través de toda la plástica y la estética que lo rodeó durante este medio siglo, con un legado muy grande, que es su escenografía y su vestuario”.
“Una de las mejores maneras de conocer al ballet es través de toda la plástica y la estética que lo rodeó durante este medio siglo, con un legado que es su escenografía y su vestuario”
Patricia Bonnin
A telón Abierto, como una referencia a la frase “a corazón abierto”, es el nombre que lleva la muestra y cada sala y espacio están diseñados al milímetro por este equipo que se complementó de maravilla. Miguel, por supuesto, es un personaje clave no solo como director y coreógrafo, sino también como la persona que encargó los vestuarios de obras como Madame Butterfly, Los tres mosqueteros, Francesco, Roque Marangatu y una extensa lista, a diferentes diseñadores y artistas como Germán Droghetti, Aníbal Lápiz, Yvonne Gruhn, Mabel Cisterna y Ricardo Migliorisi, entre muchos otros.
El aporte de Florencia fue como creadora, con su inigualable punto de vista técnico y artístico. Si bien su carrera profesional se desarrolló en la alta costura, ella empezó con el vestuario para una obra de ballet llamada La fierecilla fomada, de la mano de Fundación Ballet Teatro de Asunción, en el 2002. A partir de ahí continuó con colaboraciones con otras compañías de danza, teatro y grupos de música experimental, siempre alternando entre Europa y Paraguay.
Por su parte, Patricia trabajó desde la parte académica como investigadora, y desde la experiencia de sus años como bailarina del BCMM desde 1996 al 2004, año en que emprendió viaje a la capital española para formar parte del Ballet de Cámara de Madrid y cursar sus estudios de grado, maestría y doctorado.
LA ALTA COSTURA DEL BALLET
Cada rincón del Centro Cultural de la Ciudad Carlos Colombino-Manzana de la Rivera fue tomado por tutús, vestidos pintados a mano, trajes que representan distintas épocas y culturas, elementos de utilería, fotografías, pósters de antiguas funciones y mucho, mucho más. Cada pieza tiene una ficha técnica con el personaje, año y diseñador a cargo de su creación y todo el conjunto es un poema visual. En la muestra que se extiende hasta el 26 de agosto, el público puede apreciar parte de este acervo del BCMM.
“Patricia y yo nos encargamos de la dirección artística de la exposición y la curaduría en la selección de los trajes, desde un punto de vista que parte del repertorio y las piezas más emblemáticas. Pero también desde una mirada estética, artística y de confección, para que la gente pueda conocer a los métiers que estuvieron involucrados y apreciar desde la costura, el diseño en la creación de esos vestuarios y también de las escenografías, el patrimonio tangible del ballet”, describe Florencia.
Menciona también que “lo que quisimos lograr es que el público entre un poco tras bambalinas y aprecie todo lo que en escena no se puede ver de cerca”. A partir de esto, diseñaron las diferentes temáticas de la muestra. Hay una sala académica dedicada a los tutús y otra destinada a los ballets relacionados con conceptos paraguayas, como lo fue en su momento Madame Lynch, puesta para la cual se emplearon tejidos artesanales como ao po’i y encaje ju.
“Con esta exposición, lo que quisimos lograr es que el público entre un poco tras bambalinas y aprecie todo lo que en escena no se puede ver de cerca”
Florencia Soroesen
También hay una sala que rinde homenaje a los ballets con temática onírica; otra en la cual están presentes elementos de escenografía, accesorios como los tocados; una en la cual se encuentran folletos de puestas que se presentaron hace más de 25 años, material de archivo; y una zona muy especial dedicada a la obra de Ricardo Migliorisi, quien fue uno de los principales colaboradores del Ballet Municipal en las últimas décadas. “Hay piezas fantásticas y cualquiera que conozca un poco el trabajo de Migliorisi será testigo de todo su talento reflejado esta vez en piezas tridimensionales, como lo son los vestuarios”, refiere Florencia.
La diseñadora de alta costura radicada en Lyon, Francia, nos explica que antes se empleaba mucho más el raso. Con el paso del tiempo —no solo aquí, sino en todo el mundo—, los materiales fueron evolucionando, se empezó a usar licra, que permite una mayor movilidad a los bailarines. Así mismo, se puede apreciar un cambio en cuanto a la técnica y los materiales de confección.
Patricia considera que el hecho de conservar y guardar las producciones fue un punto de inflexión para que la compañía realmente crezca y se convierta en lo que es hoy: “No siempre se tienen los recursos económicos para hacer una gran producción de cero. Aquí hay una inversión que queda protegida y con eso no solamente hablamos de un patrimonio intangible como la educación y la cultura, sino del repertorio y del legado artístico del BCMM, que puede volver a llevar a escena importantes obras. Esta es una compañía de los ciudadanos, los impuestos que se pagan y todo lo que se invierte en la compañía realmente se le está devolviendo. En ese sentido también tiene mucha importancia esta exposición”.
Patricia considera que el hecho de conservar y guardar las producciones fue un punto de inflexión para que la compañía realmente crezca y se convierta en lo que es hoy
EN MEMORIA DE MIGLIORISI
El pintor, vestuarista, escenógrafo y arquitecto paraguayo fue un gran colaborador de esta compañía y diseñó trajes para innumerables obras. A telón abierto también es una forma de rendir homenaje a una figura que ya no está. En palabras del director del BCMM, Ricardo siempre fue un apasionado del teatro y cuando Miguel montó la obra Romeo y Julieta con el Ballet Teatro Producciones, le solicitó hacer el vestuario. La producción tuvo mucho éxito, marcó un hito en la historia de la disciplina en Paraguay y allí comenzó un acercamiento y una alianza de trabajo conjunto.
El pintor, vestuarista, escenógrafo y arquitecto paraguayo Ricardo Migliorisi también fue un gran colaborador de esta compañía, y diseñó trajes para innumerables obras
El maestro relata que “él te daba un toque a cada obra. Vos le decías lo que querías y Ricardo te otorgaba una interpretación más allá, lo transformaba y le daba un aire de modernidad, de actualidad y a la vez muy teatral. Estudiaba la época, el contexto de dónde se hacía el ballet y, cuando montábamos los clásicos, solíamos hablar sobre las diferencias que hay entre la lectura de una obra y la licencia poética. A Santa Teresa la vistió con un hábito y una cola inmensa, y es que Ricardo se daba unas licencias fenomenales”.
También añade que al artista le gustaba escoger puntillosamente las telas para confeccionar las prendas, trabajaba con las texturas, teñía los distintos géneros y hacía las cosas manualmente.
UN EJÉRCITO PARA TERPSÍCORE
Mientras se encontraba en el proceso de investigación y redacción del libro Un ejército para Terpsícore. 50 años de trayectoria del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción, Patricia confirmó que esta fue una compañía pionera en tener en su repertorio obras clásicas y en aquel momento modernas (ahora llamadas clásicas y contemporáneas). La publicación, presentada el pasado 8 de agosto con un emotivo acto, más allá de ser historiográfico también tiene un gran componente social.
Es un testimonio de la labor de directores, bailarines, coreógrafos, maestros, vestuaristas y amigos del ballet que forjaron esta historia. Aborda no solamente coyunturas, sino también estructuras. Entonces, se trabajó en entrevistas a profundidad con más de 40 personas. Se buscó un abordaje global, para compartir el fenómeno histórico de los 50 años del ballet municipal con todas sus aristas.
Su nombre, Un ejército para Terpsícore, viene de las cartas sobre la danza y los ballets de Jean-Georges Noverre que ya en el s. XVIII hablaba a los hijos de Terpsícore, la musa del teatro y la danza. “Cuando íbamos analizando y redactando todo este material, veíamos tanta lucha, veíamos un ejército de luchadores que dieron todo de sí, unos sobre la escena, otros en la coreografía, todos tras bambalinas”, explica Patricia.
En la lista de celebraciones, por supuesto, no podía faltar una Gran Gala en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane, que se estrenará el 18 de agosto y en la cual participarán bailarines que están triunfando en el mundo como Jiva Velázquez, Ana Belén Villalba y Guido Cañete.
“Todo esto ha sido posible gracias a que la Municipalidad en estos 50 años ha mantenido la compañía, porque acá hubo otras compañías estatales y privadas que aparecieron y desaparecieron. También esto es gracias al apoyo de la Fundación Amigos del Ballet. Las dos son instituciones que hacen posible que podamos lanzar este libro, llevar adelante esta exposición y que sigamos presentando espectáculos de alta jerarquía, como lo venimos haciendo. Nos damos cuenta de que el ballet ha calado hondo en la cuidadanía asuncena y que ocupa un espacio importante en las actividades de los paraguayos en general”, finaliza el maestro.
“Nos damos cuenta de que el ballet ha calado hondo en la ciudadanía asuncena y que ocupa un espacio importante en las actividades de los paraguayos en general”
Miguel Bonnin